Antonio Murciano se emocionó en algunos momentos. · Autor: Información
El insigne académico, escritor y poeta arcense Antonio Murciano une su doble condición de aficionado y erudito del flamenco a la de los toros, por lo que le facilita su expresión poética a la obra que presentó la noche del viernes en la activa Peña Taurina y Cultural Octavio Chacón de Arcos, dedicada a la torería gaditana. Es el primer libro de poemas totalmente inédito que el autor ha titulado De blanco y oro. Cancionero gaditano del torero a pie.
Está dividido en dos partes. La primera dedicada al investigador Guillermo Boto. Se refiere a los toreros fallecidos a los que conoció Antonio Murciano, como fue Juan Belmonte, quien toreó a pie y a caballo en 1947 en la desaparecida plaza de toros de Arcos, inmortalizada en la magnífica obra del pintor Prieto, Venturita, a Manuel y Miguel del Pino, Rafael Ortega, Juan Antonio Romero, Miguelín, Paquirri, donde el autor se emocionó al recitar unos brindis al cielo. Tiene un apartado para los legendarios chiclaneros Paquiro, y los Cándidos. En el prólogo hay un recuerdo para los rejoneadores. La segunda parte elogia a los toreros gaditanos retirados y en activo y está dedicada al cronista de Cádiz, ya fallecido, José María Gaona, apodado “Tío Caniyita”, así como a los cronistas veteranos Jerónimo Roldán, Francisco Orgambides y Luis Rivas, presentador del acto, así como a los radiofonistas Manuel Sotelino, Javier Bocanegra y Eduardo Duarte.
La poesía de Murciano es adaptable a cualquier palo del cante, poniendo ese acento flamenco que él sabe colocar por ejemplo desde las “alegrías de Cádiz a la rotunda soleá”. Toreros como Mondeño, Limeño, El Jerezano, Parada, Ruiz, Marismeño, Galloso, la dinastía de los Oliva, Jesulín, su hermano Víctor, Padilla, Mulerito, El Arqueño y Octavio Chacón, que se encuentra en el Perú haciendo campaña taurina, hicieron el “paseíllo” por la memoria y la palabra de Murciano.
El trabajo presentado incluye unos sonetos dedicados a las plazas de Villaluenga, El Bosque y Ubrique a las que califica de “yedra y solera”. En esa atmósfera mágica donde el autor recitaba sus poemas con sentimiento, sólo roto por los continuos aplausos del numeroso público que llenaba la modélica Peña, hacía comprender y conocer aún más la grandeza del tero. El broche final llegó con la voz del cantaor arcense Pepe Alconchel, quien acompañado a la guitarra por Gabi Chamizo, se dejó sentir con unos fandangos a los toreros de Jerez entre el amplio recital.
Al acto asistieron Manuel Brenes, director de Juegos y Espectáculos de la Junta, y la delegada municipal Ana González, quienes fueron atendidos por el aficionado y presidente de la entidad, Juan Muñoz