La Guardia Civil tiró del hilo de la trama al comprobar que ancianos de 80 y 90 años obtenían certificados médicos para caza sin problemas en el centro de Villamartín
Fue este pasado mes de agosto. De pronto, en las dependencias de la Guardia Civil de Intervención de Armas de Villamartín, comenzaron a llegar solicitudes para licencias de arma de veteranísimos cazadores. Tanto, que muchos bordeaban el siglo. Con 80 y 90 años, parecían haber pasado sin problema alguno el preceptivo reconocimiento médico, en la mayoría de los casos, casi siempre en un centro radicado en la localidad. La alarma se encendió y la Guardia Civil inició una investigación que, tal como ya había informado este diario, ha terminado imputando a más de un centenar de cazadores de numerosas localidades de la Sierra, a los que se les ha requisado tanto la licencia como la escopeta.
Ayer la Guardia Civil informó de la desmantelación de la trama dedicada a la falsificación de certificados médicos que venía operando en los últimos meses en la Sierra. En total, son cuatro las personas que han sido detenidas. Uno de los arrestados es el dueño de Los Ángeles, el centro médico de Villamartín en el que se habrían expedido la mayor parte, con quien habló este diario, antes de su arresto, y que negó irregularidad alguna. Se trata del psicólogo Noé A.J.P., de 66 años, natural de Puerto Rico y vecino de Bormujos (Sevilla), al que se le considera supuesto autor de los delitos de falsedad documental continuada de intrusismo.
Junto a él, ha sido detenido otro médico, Luis .N.G., de 69 años de edad, natural de Lleida y vecino de Algar. Según ha podido saber este diario, psicólogo y médico eran socios antaño. La relación se rompió, y el segundo, tal como habría podido determinar la investigación de la Guardia Civil, habría comenzando a expedir en su consulta también certificados médicos, utilizando un sello del centro de Villamartín.
En ambos casos, la falsificación vendría dada porque el certificado se obtiene en virtud de una exploración médica positiva, realizada por un doctor, y la superación de un test psicotécnico, a manos de un psicólogo. En definitiva, que es psicólogo. Es decir, es precisa la intervención de dos profesionales. Y los dos arrestados firmaban en solitario por su cuenta. El psicólogo, porque, según ha podido comprobar la Guardia Civil, la única médico o capacitada al efecto en su clínica , se encontraba de vacaciones en las fechas investigadas. Y el médico, porque ya no tenía relación con el psicólogo.
En paralelo, el médico se habría buscado otros dos compinches para lograr clientes. Uno, el tercer detenido, J.G.G., de 63 años y vecino de Algar, que sería el dueño del bar donde, como se informó hace unos días, se entregaban los certificados. Se trata del bar Jeromo (utilizado para dar nombre a la operación de la Guardia Civil, bautizada como Jeromía), que, en la actualidad tenía alquilado a una tercera persona que, sin embargo, no guardaría relación alguna con estas prácticas ilegales.
Y por último, en San José del Valle ha sido detenida una cuarta persona, J.J.B., quien tramitaba la documentación a los vecinos de esa localidad sin que acudieran a ninguna clínica autorizada para el certificado médico, haciéndosela llegar al dueño del bar quien, a su vez, se la entregaba al exsocio del psicólogo, el médico apresado en Algar.
El modus operandi era bien sencillo, pues. Al bar llegaban las documentaciones de los interesados quienes, tras abonar una cantidad de dinero, recibían en el plazo de una semana el correspondiente certificado médico.
La Guardia Civil es consciente de que hay muchos cazadores que sí se sometieron de buena fe a un reconocimiento en el centro de Villamartín, donde fueron atendidos "por una persona que se hizo pasar por médico". De ahí que se haya optado por imputar a todos. En total, 131 personas (de Bornos, Espera, Puerto Serrano, Algodonales, Setenil, Olvera. El Gastor, Villamartín, Alcalá del Valle, Ubrique, Prado del Rey, Arcos, Zahara de la Sierra, El Bosque, Torre Alháquime, Benamahoma, Algar, Grazalema y San José del Valle) cuyos certificados médicos serían fraudulentos, con vistas a que puedan reclamar daños y perjuicios a los responsables con más garantías de poder ver satisfechas sus reclamaciones.
En cualquier caso, el daño ya tiene poco remedio. Este próximo domingo, día 9, comienza la veda general de caza menor, y todos ellos ya habían realizado cuantiosos gastos.