Por Agencia EFE – Hace 1 día
Ubrique (Cádiz), 1 jul (EFE).- La localidad gaditana de Ubrique aspira a entrar hoy en el Libro Guinness de los Records con la cartera más grande del mundo, un billetero de dos metros de alto que ha precisado la piel de cuatro vacas para su elaboración y con la que los artesanos locales quieren demostrar al mundo sus habilidades.
La cartera, expuesta hoy por primera vez al público en una céntrica plaza de esta localidad de la sierra gaditana, ha sido elaborada por trece artesanos de Ubrique, que han trabajado durante dos meses un total de 250 horas para elaborar esta pieza que pesa más de doscientos kilos.
La iniciativa de fabricar esta cartera gigante pretende, además de inscribir el nombre de Ubrique en el Libro Guinness de los Records, rendir un homenaje a las generaciones de artesanos que durante siglos han convertido esta localidad en «la cuna de la piel», como reza una inscripción a la entrada del pueblo.
Además se busca demostrar la capacidad «de hacer cualquier cosa en piel» y reivindicar el trabajo de los artesanos de más de 240 empresas del sector de esta localidad de 17.000 habitantes que está «en los escaparates de todo el mundo», según ha dicho a Efe el presidente de la Asociación de Empresas de Complementos de Moda y Piel (EMPIEL), José Pulido, impulsor del reto.
«Siempre somos los escondidos, hacemos un poco el trabajo sucio y ya es hora de que la gente conozca que muchas de las piezas y de la marroquinería que visten están hechas en Ubrique porque hay grandes marcas que confían en nuestras manos para fabricar aquí», dijo Pulido, sobre firmas internacionales como Loewe, Dior, Cartier o Chanel que fabrican sus piezas de piel en los talleres ubriqueños
La vinculación de Ubrique con la artesanía de la piel se remonta a la época romana ya que se han encontrado restos en el asentamiento de Ocurris, a las afueras de esta población en la que se unen los tres elementos necesarios para esta actividad: ganado, agua y cal.
Del siglo XVIII datan los primeros talleres de marroquinería que se especializaron en las llamadas carteras de ganadero y los precisos o petacas, unos pequeños estuches de piel para llevar tabaco cuya fama se extendió fuera de la sierra gaditana.
El negocio fue evolucionando, en talleres que pasaban de padres a hijos, y, mientras se diversificaba su producción y mejoraba su calidad artesanal, sus productos comenzaron a entrar en los mercados internacionales en los años treinta del pasado siglo. En la actualidad son exportados a países como Japón, Australia, Estados Unidos o Rusia.
Desde los años sesenta, debido a la leyes de protección medioambiental, las pieles ya no se curten en Ubrique, sino que son importadas de otras zonas de España, Italia o Brasil, hasta el punto de que una de sus especialidades son las marroquinerías de pieles exóticas, de cocodrilo, serpiente, avestruz, iguana o pitón.
Casi toda la población activa de la localidad, cerca de 5.000 personas, viven de este sector, que anualmente mueve unos 800 millones de euros y que sigue conservando la técnicas artesanales como principio de elaboración de sus productos.
El proceso tiene más de 25 pasos y podría llegar a obtener su propia denominación de origen si sigue adelante un proyecto de la Unión Europea para extender estas certificaciones fuera del ámbito agroalimentario.
Hacer la cartera más grande del mundo ha sido para los artesanos locales un reto, ya que las dimensiones les han obligado a buscar nuevas técnicas.
Pero, además, a los vecinos les ha devuelto la ilusión de que los medios de comunicación dejen de hablar de su pueblo sólo para referirse a los líos de un torero y sus mujeres y de que la gente vuelva a hablar de esta localidad como hace años, cuando en lugar de decir cartera se decía «la de Ubrique».
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