Pocas empresas en el mundo pueden presumir de tener una lista de clientes más secreta que la de Masaltos.com, firma sevillana que comercializa a nivel mundial los zapatos con alzas para hombres del fabricante italiano Bertulli. Entre sus usuarios figuran políticos, empresarios, ejecutivos, deportistas, cantantes, periodistas y actores.
Cientos de ellos utilizan este artículo que obra el milagro de hacer crecer siete centímetros gracias a una cuña interior de caucho que da al calzado una apariencia convencional.
De la boca del fundador y presidente de este negocio online (el decano de Andalucía, con 18 años, tras cerrar la tienda de marroquinería de Ubrique que ostentaba ese honor), Andrés Ferreras, jamás ha salido un nombre pero, cual leyenda urbana, son muchos los candidatos que circulan en Internet e incluso algunos han sido citados en medios de comunicación de los denominados serios. Pequeños grandes hombres que han visto en este producto una oportunidad única para elevar su altura de miras.
Y es que basta analizar con detenimiento los modelos que vende con los que utilizan algunas celebridades. De hecho, en la alfombra roja de los Oscar se ha podido ver más de un Bertulli en los pies de estrellas internacionales.
El último en sumarse a esta lista es Nicolas Sarkozy, de quien se han descubierto numerosos trucos para intentar acortar distancias entre sus 1,65 metros de altura con los 1,76 centímetros de su mujer, Carla Bruni.
Pero no es el único político relevante que calza esta marca. De hecho, fue el ex presidente del Gobierno Felipe González quien hace años le hizo una publicidad impagable cuando aseguró que José María Aznar se compraba zapatos con alzas en una tienda de Sevilla. Lo paradójico es que el dirigente socialista podría ser otro de los que sumarían centímetros gracias a esta firma, según reconoció recientemente el propio Mario Bertulli.
Al margen de famosos, lo cierto es que Masaltos.com cuenta en la actualidad con una cartera de alrededor de 60.000 clientes, de los que más de 12.000 están fuera de España. Un crecimiento que se traslada a su volumen de negocio: en los últimos dos años ha logrado repuntes de dos dígitos y este ejercicio facturará millón y medio de euros, con una subida porcentual superior al 15%.
Unas cifras que podrían ser aun mejores si en su negocio funcionase el boca-oreja. “Es nuestro gran problema, porque sabemos que ningún hombre le va a decir a otro que usa calzado con alzas. Incluso tenemos clientes que son padre e hijo y entre ellos no lo saben”.
Los zapatos que vende esta compañía andaluza (con precios entre 80 y 250 euros) los comercializa en exclusiva para los países hispanohablantes, aunque le llegan pedidos de todo el mundo. Las dos últimas plazas en las que ha aterrizado son Rusia y Turquía, donde “estamos obteniendo unos resultados impensables cuando decidimos entrar allí”, explica.
Sus pasos se están dirigiendo a reforzarse en Internet, cuya presencia se remonta a 1994. “Me costó 500.000 pesetas (3.000 euros) colgar nuestra página en la Red. Los primeros años fueron difíciles porque era un medio absolutamente desconocido y la mayor parte de los ingresos los obteníamos a través de la venta por catálogo. Eso ahora ha cambiado y tengo claro que es el futuro de nuestro sector. Por ello, estamos ganando visibilidad en las redes sociales y hemos logrado entrar en Amazon después de un proceso sumamente laborioso y complejo”.
Lo que tiene claro es que no añadirá otras tiendas físicas a la que ya tiene en pleno centro de la capital hispalense. “Apenas representa el 3% de la facturación. Hay que tener en cuenta que a muchos hombres les da vergüenza que les vean entrar en nuestro establecimiento. Tanto es así, que hay clientes que viven a menos de cien metros del local, pero nos piden que les enviemos los zapatos por mensajería”.