Otras marcas de lujo también vuelven a la localidad serrana y relanzan el empleo con 391 contratos en junio y julio
La firma francesa regresa al municipio tras llevarse parte de la producción a China hace año y medio
No todo el país está paralizado en agosto. En la localidad gaditana de Ubrique, este año no habrá vacaciones para muchos petaqueros que trabajan en la piel cuando hay tarea, sin tener en cuenta la fecha del calendario ni el termómetro. La firma Loewe ha sido este verano el balón de oxígeno que necesitaban los ubriqueños, asfixiados por la caída de una producción de lujo en época de crisis. La conocida marca francesa lanzó un pedido urgente de unos 12.000 bolsos para este verano. Esta firma lleva más de cuarenta años fabricando parte de sus artículos en Ubrique, al igual que otras como Givenchy, Carolina Herrera, Montblanc, Cartier, entre otras muchas.
El nuevo pedido ha tenido una repercusión directa en el empleo de la localidad serrana, donde se registraron 391 contratos entre los meses de junio y julio. Aunque es cierto que todos no se pueden atribuir a la mayor apuesta de esta firma por la industria Invercumbre S. A. (constituida por varias fábricas y perteneciente a la familia Piña), sino que otras factorías gozan durante estos días de un repunte de la actividad, como Doherpel (conocida en el sector por la marca propia Carlos Naranjo). En este caso, la fábrica ha pasado de tener sólo dos trabajadores en plantilla, en los momentos de mayor sequía comercial, a los cuarenta que tiene ahora contratados, como explicó la empresaria Susana Domínguez. Fuentes empresariales apuntaron ayer que en Dimopel (del empresario Fernando Domínguez) también han entrado pedidos nuevos en plena época veraniega. El nivel de producción alcanzado durante los últimos dos meses no se veía en Ubrique desde hace un año y medio, según cuentan la cifras del paro.
La vuelta al pueblo de marcas internacionales, que habían trasladado buena parte a China, se debe en primer lugar al saber hacer de los marroquineros gaditanos y, en segundo término, a que en Ubrique las marcas encuentran la fiabilidad que necesitan, ya que en países asiáticos las copias ilegales «se producen al mismo ritmo que los pedidos oficiales. Si encargan 5.000 piezas, otras tantas salen por la puerta de atrás a precios más bajos», apuntaron desde una de las fábricas en activo.
El principal mercado de las grandes producciones de lujo es precisamente el asiático, donde las firmas europeas encuentran su público. Cuando se habla de un mercado de lujo medio, como lo definen los fabricantes, se hace referencia a unos precios que rondan los 1.500 euros para un bolso de marca o a los 300 euros para una cartera de caballero.
La empresaria Susana Domínguez, que no quiso desvelar las firmas que han hecho sus pedidos este verano a su factoría para no perjudicar sus relaciones con las casas comerciales, matizó que muchos de los petaqueros contratados este verano «son antiguos empleados que han vuelto después de haber estado en otras empresas donde se terminó el trabajo». Este repunte de la actividad en la marroquinería es aún más extraño, además de por darse en plena crisis, por producirse en verano, una época en la que el trabajo escasea especialmente. «Lo habitual es que aumenten los pedidos a partir de septiembre de cara a Navidad, sobre todo, para regalos de empresa», apuntó Domínguez.
El representante de CC OO en la localidad, Paco Rubio, apuntó que desde principios de este año ya se apreciaba una mejoría en el empleo. «En el primer semestre del año ya hubo 200 contratos registrados, que no son comparables con la actividad que se vive durante estos meses, pero que indicaban que la situación iba mejorando», señaló Rubio.
Pero esto es sólo un paréntesis en medio de una situación laboral precaria. En Ubrique sigue habiendo más de 3.000 parados, y la mitad son desempleados del sector de la marroquinería, por lo que tendría que entrar un volumen de trabajo cinco veces superior al que se ha registrado recientemente durante todos los meses del año para que el sector alcanzase el pleno empleo. A las pequeñas empresas de la industria auxiliar, conocidas en el municipio como ‘boliches’ (establecimientos comerciales o industriales de poca importancia, según la RAE) no ha llegado la onda expansiva de estos pedidos de verano, por lo que en muchas familias no se ha notado este repunte de la actividad y siguen manteniéndose con las escasas tareas de siempre. Todos los empresarios consultados explicaron que confían en que, «al menos se mantenga el nivel de pedidos que tenemos ahora mismo».
la voz http://www.lavozdigital.es/cadiz/v/20100819/ciudadanos/loewe-rescate-ubrique-20100819.html