Recorrieron las calles de la ciudad para reivindicar 32 euros más al mes y el cobro de media paga extra más al año
Los trabajadores de Biorreciclaje no descartan acudir a la huelga a partir del mes próximo
Pertrechados con silbatos y cacerolas, para hacer más ruido, los trabajadores de la empresa Biorreciclaje de Ubrique se lanzaron ayer a las calles de la ciudad para pedir mejoras salariales. Unos veinte trabajadores, de los treinta que componen la plantilla de recogida de basuras, recorrieron el trayecto que va desde la sede de la empresa al Ayuntamiento en una protesta que se repetirá mañana y la próxima semana, y que podría ampliarse incluso con una huelga de recogida el mes próximo, que aún no está confirmada.
Los representantes sindicales de UGT y CC OO, convocantes de estas movilizaciones, piden un convenio colectivo que regule a estos trabajadores, y en el que se incluya una subida del 2% de los salarios, es decir, 32 euros al mes para los empleados de la recogida de basura y 42 euros para los conductores de los camiones. También pretenden que «se complete la media paga extra de marzo para que sea completa», destacaba ayer Diego Pérez, delegado sindical de UGT
Los trabajadores pretenden que el Ayuntamiento imponga estas medidas a la nueva empresa concesionaria de la recogida de basuras, ya que en pocos meses Biorreciclaje dejará de prestar el servicio. Esta empresa pasará de tener 92 trabajadores en la Sierra a quedarse sólo con tres, y se hará cargo sólo de las plantas de tratamiento de Ubrique y Villamartín. El resto del servicio de recogida, en los municipios de Benaocaz, Grazalema, Prado del Rey, Algar, Bornos y Puerto Serrano, entre otros, lo llevará a cabo una nueva concesionaria que está a punto de ser contratada por la Mancomunidad: Urbaser, que es la única que se ha presentado y en la que no entrará Ubrique, que sigue los pasos de otras poblaciones como Arcos y Villamartín, que cuentan con su servicio propio de recogida de basuras.
Pérdida de empleos
La nueva concesión del Ayuntamiento de Ubrique tendrá que respetar los puestos de trabajo actuales, pero los representantes sindicales consideran que «se perderán otros trabajos indirectos de empresas suministradores», destaca Pérez, que sin embargo reconoce que los trabajos directos de la localidad «no corren peligro».
La equiparación salarial con respecto a los compañeros que también dejarán Biorreciclajes es, en definitiva, el caballo de batalla de estos empleados, que hubieran preferido que Ubrique entrara en la concesión mancomunada, algo que según ellos no ocurrió «por cuestiones políticas», destaca Manuel Gallego, de CC OO