La Unidad Canina de los Bomberos intervino en Conil al derrumbarse 50 metros del acantilado en la playa de la Fuente del Gallo
Las comarcas de la Sierra y la Janda se llevaron en la noche del pasado sábado la peor parte del temporal que azotó la provincia. Los bomberos del Consorcio de la Provincia de Cádiz en los parques de Villamartín, Ubrique, Arcos, Cádiz, San Fernando, Sanlúcar, Jerez, Conil, Medina, El Puerto, Guadacorte, La Línea y Jimena realizaron desde las 21:30 horas del sábado y hasta las 17:00 horas de ayer alrededor de 50 salidas a cuenta del temporal.
En un comunicado, los bomberos informaron ayer de que la acción más destacable tuvo lugar en la playa de la Fuente del Gallo, en Conil, hasta donde se trasladó la Unidad Canina del Consorcio de Bomberos, sobre las 13:19 horas, por el desprendimiento de unos 50 metros lineales de acantilado y escombros de 10 metros a lo ancho. Este dispositivo se saldó sin heridos al no detectar los perros la presencia de personas tras el rastreo.
Así las cosas, el grueso de las actuaciones consistieron en retiradas de árboles, carteles, techos de chapa, cableado y afianzamiento de objetos. Y, por otro lado, las escasas salidas por lluvia se relacionan con achiques en vía pública, locales, garajes y viviendas.
En cuanto a las localidades, Villamartín fue la que registró un mayor número de incidencias, con un total de 20 actuaciones. También se registraron seis salidas en Cádiz capital, tres en San Fernando, cuatro en Arcos, dos en Ubrique, tres en Sanlúcar, dos en Jerez, y una en El Puerto, Conil, Medina, Guadacorte, La Línea y Jimena de la Frontera.
Sólo en la Sierra hubo ayer numerosos destrozos como consecuencia de la lluvia y el viento. Las localidades de Villamartín y Puerto Serrano sufrieron cortes en el suministro de la electricidad, que alteraron la normalidad de estas poblaciones.
En este sentido, Puerto Serrano estuvo más de nueve horas con apagones de luz. Las dos torretas eléctricas que surten al municipio quedaron literalmente retorcidas por la fuerza del viento. De hecho, fuentes municipales sospechan que hubo un pequeño huracán en el pueblo, a tenor de los desperfectos en numerosas zonas del mismo.
Esta localidad serrana sufrió una tromba de agua y la embestida del viento, que dejó a su paso daños en los invernaderos y arrasó las pocas plantaciones de cultivo de la fresa que quedan, produciendo cuantiosos daños económicos. El Ayuntamiento de la localidad pedirá ayudas a las administraciones superiores tras los numerosos daños que sufrió la población. Por ejemplo, durante la madrugada un número considerable de calles quedaron cerradas al tráfico debido a la caída de árboles, ramas, farolas y mobiliario urbano. También se derrumbó parte del techo de una nave industrial y el tejado de varias cuadras para animales.
La población de Villamartín sufrió también cortes de luz, pero por zonas, siendo las barriadas de Matrera y La Loma las más afectadas. Además, los bomberos, junto con la Policía Local y operarios municipales, se afanaron en retirar ramas, techumbres y objetos de la vía pública. La intensidad de la tromba provocó que esta población soportara más de 40 litros por metro cuadrado en media hora, según cifró el alcalde, Juan Luis Morales (PA).