Las fuerzas vivas de Ubrique, supongo que incluyendo al cura y al médico, pero sin los miembros de la alta sociedad Jesulín de Ídem, la mamma Carmen Bazán, el jefe de la banda, Umberto Janeiro, y la futura odontóloga María José Campanario, están que trinan por lo que consideran imagen nefasta de su pueblo, que del prestigio como centro nacional de marroquinería, trabajando para grandes firmas como Vuitton, Loewe, y otros bolsos del montón, han pasado al desprestigio por la acumulación de catetos que da esa tierra. Vayamos por partes. La familia de los Jesulines ya está amortizada en los medios, en todos, desde las cadenas más sensatas a las webs más picantonas. Cada gran dama de la tele tuvo su momento Jesulín, y todas consiguieron lo mismo, que el padre de Andreíta se bajara el pantalón y enseñara la taleguilla malherida por asta de toro.
Desde ayer, la espeluznante Nieves Herrero —ojalá tarde mucho en revelarse como Nieves Horrores— hace un magacín de tarde en 13TV, la cadena católica, apostólica y romana, así que no creo que lleve a Jesulín para que enseñe la talega. O sí, que un buen avemaría lo limpia todo. Más cosas. El desprestigio, dicen las fuerzas vivas de Ubrique, se debe a la insistencia de los medios, eufemismo para hablar del veneno de Vasile sin mencionar la bicha de Sálvame, en sacar lo peor del pueblo y hacer unas risas con la manera de hablar de la gente. El cabreo de las fuerzas vivas ha llegado a un punto de ebullición con la explotación de la última mina, Paqui la Coles, de la que aquí dimos cumplida información. Para protestar por esa imagen necia que dan algunos ubriqueños, el día 30 hay manifestación, convocada en Faceboock. Nuevo triunfo del capo Paolo