La delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Utrera ha procedido en estos días a la limpieza de las zonas del abrevadero de La Ventosilla, en la cañada real de Ubrique a Sevilla; y el descansadero de La Higuera, situado junto al corredor verde que discurre desde Utrera a la laguna de Zarracatín, en la cañada real de Venta Larga y Torre Alocaz.
Se trata de dos parajes de gran interés medioambiental que, a finales de década de los 90 fueron actuaciones preferentes de los programas de Voluntariado Ambiental y la Escuela Taller Torre del Águila, en los que se plantaron y replantaron especies como olmos, algarrobos, almeces, pinos y tarajes entre otros. Al tratarse de dos espacios situados entre extensos cultivos de girasol y cereal, «podemos decir que han funcionado prácticamente como islas en las que, tanto la vegetación como la fauna, han encontrado un rincón en el que desarrollarse sin problemas», asegura el concejal de Medio Ambiente, Juan Bocanegra.
Por tanto, estas zonas son de especial interés ecológico, no sólo por la diversidad de su vegetación y arboleda, sino porque son un ejemplo de fauna autóctona en la que se pueden encontrar un importante número de aves, reptiles y pequeños mamíferos propios de la zona. «Son unos espacios que merecen ser visitados por todos aquellos que estén interesados por nuestro medio ambiente, siempre y cuando traten de interferir los menos posible en el entorno y preserven la zona», asegura el concejal.