Mari Carmen López comenzó trabajando en su comunidad parroquial, en Ubrique. Prestando su ayuda a los más desfavorecidos. Su estancia en el equipo duró nada más y nada menos que 20 años, en los que ofreció su asistencia desinteresadamente en sus ratos libres. Esto permitió que Mari Carmen ocupara el puesto de una sustitución y fuera contratada por Cáritas hace aproximadamente unos siete años. Actualmente se encarga de coordinar el equipo rural desde Jerez de la Frontera y agradece a Cáritas el poder vivir esta experiencia, la cual, define como una sustancia de la que “se enganchó” y aún no se ha podido soltar.
P – Bueno, Carmen, al estar contratada por Cáritas, imagino que tienes un plan establecido, es decir, un horario en el que debes ejercer tu responsabilidad, ¿verdad?
R – Nuestro trabajo en Cáritas no tiene horarios, yo una vez que cumplo mi estancia en la oficina, que en verano es de 9 a 3, no acabo mi jornada. Existen llamadas telefónicas fuera de mi programa, al igual que emails y, al mismo tiempo, son las seis de la tarde y puedo estar en Arcos de la Frontera, en Chipiona o en cualquier ámbito rural donde me necesiten. Esto más que un trabajo es una opción personal, que va más allá de un plan establecido.
P – En estos tiempos de crisis que nos acechan, ¿ha disminuido la ayuda?
R – En ningún caso, para nada. Ha aumentado en todos los niveles. Para mí, la ayuda es una oportunidad para la sociedad en general. Es decir, vivíamos adormecidos en un sueño idílico, en una sociedad llamada bienestar donde nadie sufría a pesar de haber un gran hueco en nosotros mismos. Ahora nada es lo que parecía. Este despertar ha ayudado a que la gente se solidarice más. Así surgen más voluntarios, más aportaciones económicas, alimenticias…
P – Dichas ayudas, ¿hacia dónde van destinadas?
R – Con esto de la crisis, parece que Cáritas se dedica solamente a dar la bolsa de comida, pero no, detrás de esto hay muchos más programas. Proyectos con mujeres, con jóvenes… Son trabajos más intensos e integrales hacia la persona. No queremos quedarnos con ofrecer solo esa primera bolsa de comida para callar ese primer hambre. Normalmente las ayudas van destinadas hacía proyectos que desde Cáritas consideramos que necesitan ese dinero para fortalecer.
P – ¿Qué hay que hacer para formar parte de vosotros, hay algún plan de formación para voluntarios?
R – Normalmente, nuestros voluntarios provienen de su comunidad parroquial, ellos pertenecen a su parroquia y vienen motivados por la comunidad cristiana, pero también hay voluntarios que pertenecen a la Diocesana de Jerez y ellos se ponen en contacto con nosotros a través de la página web, del portal de facebook, acudiendo a nuestra sede o incluso por teléfono. Estos voluntarios pasan por una entrevista y a raíz del perfil que obtengan son ubicados a un proyecto o a otro. La formación se realiza a través de cada parroquia y es algo puntual para cada programa establecido.
P – Mari Carmen, como coordinadora rural, explícanos. ¿Qué haría falta para comenzar un equipo en un municipio?
R – La base fundamental es la comunidad cristiana, y ella es la que nos comunica que hay personas interesadas que se comprometen a ofrecer su ayuda a los más desfavorecidos. A partir de ahí, Cáritas los guía, ellos se organizan y comienzan a trabajar en proyectos donde se sientan cómodos.
P – ¿A qué clase de proyectos apoyáis?
R – Principalmente, aquellos que aporten formación y bienestar. Hay proyectos para formación de empleadas de hogar, que van destinados a aquellas mujeres que no han recibido esa formación y desde aquí intentamos cualificar ese trabajo. Para niños, hay campamentos de verano en La Barca de la Florida o en El Portal. Y actualmente hay un programa precioso destinado a 20 chicas jóvenes para la formación de ludoteca y guarderías. Son propósitos destinados a los últimos, los más desfavorecidos. Y luego están los proyectos internacionales de creación de escuelas, por ejemplo en el Perú, en Kenia…
P – Para finalizar, Carmen, ¿qué clase de colaboración aceptáis, a qué lugar debemos acudir o con quién debemos ponernos en contacto los que quieran hacerlo?
R – Toda es buena y bien recibida. Aunque más que colaboración aceptamos participación en nuestros proyectos y esa participación puede ser permanente o puntualmente. Es decir, hay personas que participan en un proyecto que cuando acaba, finaliza su colaboración. Aceptamos desde esa participación, hasta ayuda económica, como ofreciéndonos las ganancias de una barra en una fiesta, el recaudo de las entradas de un partido de fútbol, de un concierto… y también ayuda alimenticia. Hay personas que llaman y nos dicen que tienen 20 kilos de garbanzos para nosotros, ¿a dónde los tengo que llevar? En definitiva, aceptamos todo tipo de ayudas, de colaboración, participación…