Miles de personas disfrutan en Espera y Ubrique de los primeros Belenes Vivientes que se celebran en la Sierra y que se consolidan cada edición como un atractivo navideño para los negocios de esta zona
El realismo de la escena de José y María buscando, ayer, posada en Espera, con el pueblo serrano al fondo.
A los Belenes Vivientes se va a ver, disfrutar, y también, a probar. A ver el espectáculo que cada año atrapa a miles de vecinos y visitantes. Y a probar auténticas bombas calóricas que quitan el hipo, empezando por los buñuelos y pestiños y acabando por otros manjares, que ponen en jaque la dieta de cualquiera.
Espera y Ubrique fueron ayer las primeras localidades de la Sierra gaditana que inauguraron los Belenes Vivientes, que ya se han convertido en la cita de peso de estas fechas navideñas. Arcos, Villamartín y El Gastor, lo harán el próximo sábado día 18.
Miles de personas se congregaron en las calles espereñas y ubriqueñas para disfrutar de estas recreaciones históricas sobre el Nacimiento de Jesús, que se están afianzando por año como un buen reclamo turístico para la zona. "Es un día bueno para los negocios del pueblo", confiesan los organizadores.
En Espera, los relojes se adelantaron este año más de lo habitual para iniciar al mediodía su particular Belén, que se instaló en el entorno del Castillo de Fatetar, un marco incomparable donde el niño Jesús (el vecino Mario, de 4 meses de edad) nace cada edición en la cueva de este espacio. Unas 100 personas ataviadas de época dieron vida desde las dos de la tarde y hasta la noche a los pasajes históricos de la tradición bíblica encarnando escenas y oficios típicos. Y es que todo el pueblo, empezando por asociaciones, hermandades y colectivos, se vuelcan con este evento, que el año pasado reunió en este municipio a unas 5.000 personas, y que lleva dos meses de trabajo intenso para perfilar el montaje de las escenas y el zoco.
Uno de los momentos que llamaron más la atención del público fue la entrada de la Virgen María con San José en el pueblo para buscar posada. En esta edición, los protagonistas fueron Raúl Rodríguez Garrucho y Teresa Lozano Rivas.
Cabe recordar que el germen del Belén Viviente de Espera se remonta a 30 años atrás. Por su relevancia y por la cada vez mayor afluencia, el Ayuntamiento asegura que iniciará a principios del próximo año un expediente para intentar conseguir su declaración como fiesta de Interés Turístico de Andalucía.
En Ubrique, el casco antiguo, con el epicentro de la Plaza de la Verdura, dio vida ayer a 40 escenas de su Belén Viviente.
Unas 40 escenas y 110 figurantes ofrecieron a los visitantes las postales propias del Nacimiento y de oficios tradicionales como la fragua, el esparto, la confección de zapatos, además de un zoco con tenderetes, donde se pudieron adquirir productos típicos de la tierra como chacinas, dulces y bebidas, entre otros productos. Todo este montaje estuvo en manos de la Asociación de Vecinos de la Plaza de la Verdura y del Casco Antiguo, que contaron con la colaboración del Ayuntamiento. Esta atracción cumple este año su décima edición y va cada vez a más. Al respecto, hay que señalar su vocación social ya que la recaudación de la venta de productos en distintas puestos será destinada a distintos colectivos. Durante la representación de 2009, se recaudó unos 6.000 euros.
Arcos, donde su Belén tiene ya la distinción de Interés Turístico de Andalucía, cuenta ya las horas para volver a llenar, el próximo sábado, el casco antiguo de espectáculo navideño, hasta donde se acercará mucho público.