Argumentos y libertades

 

Consignas. Hace unos días relataba por estos mismos lares el funcionamiento piramidal de los partidos políticos, al menos de los grandes, mediante el cual la información fluye en cascada de arriba abajo y convierte a la organización en un estado de pensamiento único. Lo cual puede ser hasta cierto punto lógico desde el punto de vista pragmático y partidista pero, al tiempo, significa un evidente vallado a la libertad de expresión política, entiendo. Interesado pues como me sentía por el singular hecho dediqué pues un rato del tiempo que a bien tienen abonarme en indagar sobre esa información interna y, claro está, llegado a ese punto el Psoe siempre sentó cátedra y por ahí me centré. El resto copian, a veces hasta bien.
Me hice con dos, amigos a uno le quedan, de los últimos argumentarios enviados por el Psoe a su parroquia de principios de este mes de octubre. Por un lado el barómetro del CIS del mes de septiembre, del que se extrae la información políticamente interesada en materia de sanidad y educación que son, definitivamente, los argumentos principales a los que el Psoe se agarra de cara a frenar el tortazo del 20-N. Consignas del tipo “el 81 por ciento solo usa la sanidad pública…y menos de un 4 por ciento usa solo sanidad privada”, o “el 76 por ciento de los encuestados con hijos en edad escolar los tiene estudiando en un centro público…y no llegan al 7 por ciento quienes los tienen en un centro privado”, o “el 87 por ciento considera que en España el acceso de las mujeres a la educación es IGUAL que el de los hombres”, o “para el 67 por ciento el Estado debe ser el responsable del bienestar… y solo el 8 por ciento cree que son los propios ciudadanos quienes tienen que ser responsables de su propio bienestar”, etc.
El otro reza bajo el epígrafe Argumentario de Andalucía, también fechado el 4 de octubre, y representa un posicionamiento estratégico en la comunidad ante los demoledores resultados en materia de empleo registrados en septiembre. En uno de sus puntos, dice: “No hay varitas mágicas. Por muchos que algunos se empeñen en asegurar que tienen la solución mágica contra el desempleo y se comporten como vulgares trileros anunciando y des-anunciando que van a crear 3,5 millones de empleos. Los socialistas somos conscientes de que la creación de empleo vendrá de la salida de la crisis, de un nuevo modelo productivo sostenible y de la mano de la responsabilidad, la constancia y el esfuerzo”. Toma. “En términos anuales el paro en Andalucía crece por debajo de la media española”, dice, con lo cual, imagino, debemos estar contentos. Y sigue con más, pero ahí lo dejo para no cansar.
Argumentarios, consignas o un credo místico consensuado desde un púlpito o desde algún lustroso despacho que, también imagino, debe suponerse el concejal de pueblo, pongamos Villaluenga del Rosario, cuando con rostro contraído y pensativo especule con el modo y la manera con el que le explicará a los jornaleros desempleados de su pueblo eso de que “en términos anuales el paro en Andalucía… bla, bla, bla”. Me hace pensar que la estrategia política del lustroso despacho y la realidad del jornalero sudoroso en el lineo que le toca son mundos tan dispares como enfrentados, algo así como lo del café de Zapatero. Y que por muy bien escrito que esté el argumentario político y que la base de la pirámide lo asuma y difunda con rigor, la calle está en otra cosa y mientras la política no se acerque al ciudadano de poco sirve todo lo demás. Y eso en todos los órdenes, sea empleo, educación, sanidad o nuestra maltrecha economía.
Me gustaría, y ya sé que es pura utopía, que los políticos tuvieran la libertad de independizarse del pensamiento único y que en base a la realidad de la zona que defienden fueran capaces de modificar y/o aniquilar los mensajes colectivos porque, es obvio, no es igual la situación de la sanidad, educación, desempleo o economía de La Castellana que, insisto, en Villaluenga del Rosario. Me presupongo yo. Pero ley no escrita aunque por todos asumida es que quien se salga del tiesto no sale en la foto, y la cosa no está para desenfocar justo ahora.
Hablando de ese bonito pueblo, que no se por qué me viene hoy todo el rato a la mente, recomendaría un extenso y laborioso argumentario sobre cómo comportarse cuando siendo concejal, alcalde o presidente de lo que se sea, a uno le para la Policía local y le invita a soplar. Nunca decir aquello fatídico de “¿Pero acaso sabe usted quién soy yo?”, muy recurrente y típico en aquellos casos donde la prepotencia política y la copa larga combinan mal. Sucedió hace una semana, el señor que se ubicaba justo debajo de la gorra pertinente le debió responder algo parecido a lo del concejal de Cuenca en Madrid y se lo llevó a las dependencias policiales en Ubrique donde, tras la prueba fatídica -realizada dos horas después-, triplicaba la tasa de alcohol permitida. Visita rápida al juzgado y que no trascienda, que cuando uno vive de la imagen pública retrata mal verse ante el juez de turno por un asunto tan turbio como pasarse con las copas y conducir. Lo dicho, argumentario sobre el tema y que la parroquia, si conduce, no beba.
Otro argumentario, propongo, para evitar que instituciones públicas se conviertan en nidos de contrataciones para amistades políticas. Sucede, y lo reconocen los propios inquilinos del nido, en determinadas mancomunidades y algún que otro grupo de desarrollo, en diputaciones y qué decir tiene que en ayuntamientos. Lo dicho, argumentario al canto bajo la idea de “no colocar a dedo a compañeros de partido y/o familiares directos, ni indirectos”.
Libertad. Cabaña la tendrá para dimitir el lunes como alcalde de Benalup (¿?) y caminar hacia su retiro madrileño si la cosa sale, el PP la tiene para borrar a Aurelio Sánchez, injustamente, del Senado y poner al otro Aurelio; los políticos, como decía antes, deberían tenerla para opinar libremente en función de los ciudadanos a los que por territorio defienden, al igual que los partidos para organizarse internamente como mejor les parece, yo la tengo al mismo tiempo para contarlo y para relatar esta crónica semanal del mundillo sociopolítico y ustedes la tienen para leerla o no y, gracias a las nuevas tecnologías en digital, para darse el gustazo libremente de ponerme a caldo o, llegado el caso, incluso de lo contrario. Se acepta todo con agrado. Aquí somos libres para no censurar a nadie

andalucía información

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *