Turismo de montaña, cultural y gastronómico en la Sierra de Grazalema
IRENE CASTRO 18-08-2011
El paraje, situado entre Cádiz y Málaga, ofrece una amplia variedad de actividades en un paraje inigualable para los amantes del turismo de aventura o un espacio de relax rodeado de una peculiar naturaleza gracias a sus condiciones meteorológicas, que se completa con el aporte cultural de sus municipios de origen árabe.
En el Paraque Natural de la sierra de Grazalema encontramos un bello paisaje montañero con enormes gargantas y cañones producidos por la erosión del agua, como la Garganta Verde, de más de 400 metros, y puntiagudas cumbres como El Torreón o El Reloj. Además, las simas y las grutas subterráneas constituyen una visita fundamental de la región, especialmente la Cueva del Gato, con 4.500 metros de recorrido y 200 de profundidad.
Para conocer el entorno, es recomendable realizar alguna de las rutas senderistas por la calzada medieval, que une los municipios de Benaocaz con Ubrique, o a través de ‘los pueblos blancos’ de Cádiz. Los más atrevidos pueden practicar otros deportes de montaña, como las rutas a caballo, piragüismo e incluso itinerarios en ala delta y parapente. Durante las actividades, merece la pena interesarse por la flora y la fauna de la región, donde destaca la presencia del pinsapo, una reliquia arbórea característica de la serranía de Ronda por sus elevados datos pluviométricos.
Como alternativa cultural en este enclave privilegiado, destaca la localidad de Grazalema, donde también es recomendable hospedarse ya que cuenta con casas rurales, hoteles y camping. Sus calles estrechas y empedradas con fachadas de cal blancas recuerdan a las típicas localidades árabes. Las iglesias de los siglos XVII y XVIII completan el patrimonio del municipio.
Además de probar las especialidades de la zona (los quesos, la chacina y la miel), para marcharse con un buen sabor de boca conviene darse un homenaje gastronómico: una sopa de Grazalema; unas tagarninas refritas con sal, ajo, pan, pimentón y huevo; y, de postre, una buena tarta de bellota