Vacaciones en verde para olvidar los videojuegos

Los niños entran en contacto con las actividades propias del campo, como ordeñar una vaca.

Los niños entran en contacto con las actividades propias del campo, como ordeñar una vaca. · Autor: Información

Si hay algo que no puede faltar en la maleta de muchos niños de hoy cuando se van de vacaciones es la videoconsola, ese aparato que los atrapa en casa durante todo el invierno, dedicándole muchas más horas que al estudio, el deporte o a los juegos de toda la vida, esos que reunían a una buena pandilla por nuestras calles y plazas hasta que sus madres los avisaban por la ventana para regresar a casa. Aunque esos eran otros tiempos…

Sin embargo, las vacaciones son fechas para desconectar de todo, hasta de las nuevas tecnologías, y un poco de verde nunca viene mal. Esa es la propuesta que ofrece la granja escuela Buenavista, que garantiza que los niños se olvidarán de los videojuegos “desde el primer minuto”, con un sinfín de actividades en plena naturaleza. Precisamente los pilares de la sociedad cooperativa Buenavista, tanto en la granja escuela de la Junta de los Ríos como en el aula de la naturaleza de Tavizna, en Ubrique, son acercar a los pequeños al mundo rural y la naturaleza a través de la educación ambiental; que conozcan cómo se vive, sus problemas, los analicen y actúen para solucionarlos, siempre adaptándose a las edades.
Para ello ponen en marcha varios programas a lo largo del año, unos enfocados al curso escolar y otros a las vacaciones, con sus tradicionales campamentos de verano. En la granja escuela se desarrollan hasta septiembre, adaptándose al inicio del curso escolar. En ellos, además de poner al niño en contacto con el medio natural, lo que para algunos supone incluso el primer acercamiento, le dan la oportunidad de trabajar el ocio creativo, con actividades puramente de campo como ordeñar vacas o cuidar la huerta, a otras como la transformación de alimentos, participando en la elaboración de pan o queso, relacionadas con la artesanía o con el reciclado de materiales.
A ello se suman las actividades propias de tiempo libre y animación o las deportivas. La oferta se complementa con el desarrollo de la autonomía personal, encargando al niño pequeñas tareas como hacer su cama o poner la mesa, y también la convivencia y cooperación con los compañeros, con los que se establecen lazos de amistad casi de forma natural, al pasar mucho tiempo juntos compartiéndolo todo.
Principalmente acuden a la granja escuela pequeños de entre 6 y 15 años de la provincia de Cádiz, aunque también procedentes de Málaga o Sevilla. Curiosamente los arcenses son los menos asiduos a estas instalaciones, a pesar de llevar más de 20 años trabajando en la zona.
Cada campamento se organiza en pequeños grupos de trabajo, de unos 15 menores por cada monitor, para establecer un contacto más fuerte y directo en las actividades, aunque durante la noche su unen todos para compartir los juegos, cuentos o fiestas que organicen.
Prácticamente todos proceden de un entorno urbano, independientemente de que sean de pueblo o ciudad, por lo que no es de extrañar que sea la primera vez que vean de cerca una vaca o un caballo. Ese acercamiento al medio rural les puede ayudar a comprender mejor y respetar el entorno, lo que conlleva innumerables ventajas, tanto física como psicológicamente.
Desde la granja escuela entienden que el aumento del tráfico en la ciudad, la pérdida de los juegos populares y, quizás, una sobreprotección de los padres, hacen que el niño pase cada vez más tiempo en casa, y busque otros alicientes para el entretenimiento. Sin embargo, la granja les ofrece tal cantidad de atractivos desde que se levantan hasta que se acuestan que “ni siquiera preguntan por la televisión o los videojuegos”.
Los niños quedan muy contentos con la experiencia, y también los padres, por lo que suelen repetir en un porcentaje muy alto. Entre los asiduos cada verano se encuentra un grupo de niños diabéticos que pasan unos días muy especiales en la granja, con actividades específicas para ellos y conviviendo con el resto de los grupos del campamento.
23 años de experiencia dan para mucho, renovándose cada temporada pero manteniendo los pilares básicos: acercar a los niños a la naturaleza y fomentar valores como la convivencia y la cooperación.

andalucia información  http://www.andaluciainformacion.es/portada/?a=137633&i=15&f=0

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