Pancho Egozkue y su sobrino Aritz se entrenan durante estos días por las curvas del puerto de Iso, por una carretera apenas transitada, con la mirada puesta en el Campeonato de España, que arranca en un mes en Ubrique (Cádiz).
Aritz (i) y Pancho Egozkue, posando ayer con sus coches en la carretera del puerto de Iso.
En la mañana de ayer los coches de Pancho y Aritz Egozkue rugieron por las curvas del viejo puerto de Iso, que se ha convertido para ellos en un circuito permanente de montaña donde poder rodar con sus coches de carreras en los días previos para el Campeonato de España de Subidas de Montaña, (Ubrique, 18 y 19 de abril).
Ambos corredores pusieron a prueba sus coches y midieron sus tiempos en un escenario más corto, pero muy parecido al que se encontrarán en el campeonato. «Esta carretera es ideal para hacernos al coche en un recorrido semejante al de cualquier prueba de montaña, sólo que más corto», señalaba Pancho Egozkue. El estado del firme, el hecho de que sea una carretera que apenas se utiliza, desde la inauguración de la nueva hace un año, son otras ventajas para ellos. «La carretera está muy buena y no molestamos a nadie. Tiene muchas posibilidades», recalcaba Egozkue, por lo que continuarán los entrenamientos en ella el próximo lunes, acompañados del campeón, Pedro Roce, quien también probará su coche en las curvas de Iso.
Aritz Egozkue fue quien más rendimiento le sacó a la mañana de ayer en el puerto. Puso a prueba su coche recién adquirido para participar en el campeonato y empleó 1 minuto y 18 segundos en recorrer los dos kilómetros de subida. Este tiempo, considerado muy bueno por el experto, Pancho Egozkue, le sirvió a éste como referencia ya que en la segunda vuelta de la primera manga sufrió una avería en el suyo por lo que no quiso forzarlo más.
En cuanto a la velocidad, aseguraba Egozkue que regulan el piñonaje según los recorridos, por lo que en alguno de ellos han alcanzado una velocidad punta de 210, 180 o 170 km/hora. Los coches con motor de moto, de 1.000 cm3 y unos 450 kgs, de aceleración rápida y muy ligeros, alcanzan unas revoluciones de 14.500. «Son coches, CM, efectivos y muy sencillos, que imitan a las antiguas barquetas CN, del grupo C, utilizados en las subidas en campeonatos de España y de Europa.
Fue precisamente con una de estas barquetas con las que Pancho Egozkue (Baja California, 1956) participó en 1985 en su primer Campeonato de España. Desde entonces, ganó cinco títulos nacionales, dos europeos, 2 subcampeonatos de Europa, y fue campeón vasco navarro, en los años 1983 y 84. En 1994 abandonó la competición y la retomó hace tres años, cumplidos los cincuenta. «Yo ya soy un tanto mayor para esto, pero tenía mucha añoranza», expresaba ayer junto a su coche. Otro factor importante para el regreso es el hecho de que los coches sean económicos. «Con un poco de patrocinio, me lo puedo permitir», asegura el corredor, que compagina esta afición con su trabajo de repartidor y cuenta con el apoyo de patrocinadores locales.
Su hobbie se lo transmitió a su sobrino, Aritz, de 25 años, que por vez primera este año hará el campeonato completo con su nuevo Silver Car, de Peralta. «Le metí el veneno, y ahora va cogiendo experiencia, pero sinceramente, apunta maneras».
Los pilotos seguirán preparándose estos días para el campeonato con la vista puesta en el podio. «La ilusión de todos los pilotos es ganar, pero sólo gana uno», asevera Egozkue, quien casi todos los años en los que ha participado ha subido al podio, concretamente el año pasado quedó el tercero. El segundo, el también navarro, Iñigo Martínez, que también competirá en esta edición. La ilusión no le falta, pero es perfectamente consciente del nivel de competición. «Es muy alto y tomarán parte entre doce y quince coches de esta categoría con pilotos muy rápidos», sentencia.
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