Seis familias gaditanas pierden su casa cada día por no pagar la hipoteca

En 2010 los juzgados recibieron 1.994 ejecuciones hipotecarias, un 8,5% menos que un año antes, pero tres veces más que en 2007

Es el número de hipotecas impagadas que llegaron a los juzgados de la provincia durante el primer trimestre de 2011, según los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial. Hace dos años, en el mismo periodo de 2009, ingresaron 643 y en 2008, solo 257.

Candy Ramírez es administrativa en Ubrique y desde hace dos años, una de los cuatro miembros de la provincia de Cádiz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), la asociación que se ha dado a conocer en los últimos meses por impulsar una campaña junto a los ‘indignados’ del 15M para detener con pancartas y altavoces los desahucios a los propietarios a los que el banco les retira su casa por no cumplir con las mensualidades de la hipoteca.

Como ella misma reconoce, en la provincia aún no han detenido ningún desahucio, aunque el pasado mes de junio un grupo de ‘indignados’, junto al Defensor del Pueblo Andaluz, trató de impedir la subasta de una casa en Jerez. Aquella fue una iniciativa de los miembros del 15M, pero no estuvo presente la plataforma. Por supuesto, no significa que no se produzcan desahucios en Cádiz.

«Hay muchísimos casos, pero la gente no pide ayuda, le da como vergüenza, no se atreve, te sientes impotente», asegura Candy Ramírez. De hecho, durante el pasado año los juzgados gaditanos recibieron un total de 1.994 viviendas para iniciar un proceso de ejecución hipotecaria sobre ellas. Y en los tres primeros meses de este año, las ejecuciones ingresadas ya iban por 580. Salen a unas seis familias cada día que pierden sus casas por no pagar.

Lo cierto es que las cifras representan un parón en la escalada de desahucios que se dispararon con la crisis económica. No en vano, las 1.994 ejecuciones del pasado año representan el primer descenso, desde que los nubarrones comenzaron a cubrir la economía, allá por 2007. Aquel año el número de ejecuciones apenas superaban las 668. Un año después, se multiplicaron por dos (1.486) y en 2009, la subida volvió a ser casi del doble (2.180). Según expertos consultados por LA VOZ, este parón en las ejecuciones pude ser consecuencia de otra bajada: la del Euribor, que hace un año se situó en mínimos históricos (en torno al 1,3%), pero que desde la pasada, ha vuelto a repuntar por imposición del Banco Central Europeo (por encima del 2.2%).

Con todo, la principal puntilla que ha disparado la morosidad en los últimos años, más allá de las subidas y bajadas del Euribor, sigue siendo el desempleo, que deja a muchos hogares sin ingresos con que afrontar las mensualidades. ¿No tienen también los compradores parte de la culpa por solicitar hipotecas por encima de sus posibilidades? La pregunta que puso en un brete hace una semana al candidato socialista al Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, también la contesta Candy con una denuncia hacia los bancos: «Hay que mirarlo desde otro punto de vista. En aquel momento la gente sí podía pagar las casas, pero no les aclaraban las trampas que habían puesto los bancos para cuando se diese esta situación». El suelo hipotecario, por ejemplo, es una de esas trampas, por la cual los créditos se mantienen con un interés medio aunque el Euribor toque fondo, como hace un año.

Trampas y desahogos

Desde que forma parte de la plataforma, Candy se dedica precisamente a combatir esas trampas: «Revisamos las escrituras y vemos las posibles irregularidades del banco», cualquier cláusula y letra pequeña que permita retrasar la subasta. «Por ejemplo, algunos compradores tienen derecho a no pagar la hipoteca durante un tiempo», explica Candy. «Buscamos también el seguro hipotecario o de aval, que cubre en una parte o el total de la deuda». Según la portavoz de la PAH, muchas hipotecas contemplan este seguro, «pero los propietarios ni siquiera lo saben». Cuando no se encuentran estas cláusulas salvavidas, la plataforma hace de intermediario para llegar a un pacto con la entidad que satisfaga a todos: «Al banco no le interesa quedarse con viviendas porque no son inmobiliarias. Lo primero que intentamos es que eliminen el ‘suelo’, o les planteamos que se queden con la casa y la alquilen a los dueños», recuerda Ramírez. Incluso han logrado forzar algunas daciones en pago, otro de los caballos de batalla de la plataforma en la que milita Candy, que pretende que la entrega de la vivienda sea suficiente para saldar la deuda. Debido también a la presión del Movimiento 15M, la PAH ha logrado que esta medida llegue a debatirse en el Congreso (el 30 de junio), aunque aquel debate quedó en una declaración de intenciones. La plataforma, en cambio, pretende que la dación se imponga por ley. Lo cierto es que las ya se realizan en determinadas situaciones, pero siempre de manera subrepticia. En realidad se trata de que los bancos, de acuerdo con los propietarios, compren las casas y den por zanjada la deuda. En estos casos, el bocado económico llega después desde Hacienda, que reclama su parte de la transacción al dueño.

«Los bancos siempre intentan llegar a un tipo de acuerdo los tres primeros meses -explica Candy- luego les da igual porque tienen que hacer la provisión de fondos por el valor de la hipoteca». Es entonces (al tercer impago) cuando comienza el proceso de ejecución ante el juez, aunque al desahuciado aún le queda un pequeño respiro. Y es que ‘gracias’ al atasco judicial, puede pasar hasta un año antes de que al deudor le pongan de patitas en la calle

la voz

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