La posibilidad de que una almazara de la Sierra de Cádiz exportara aceite a Corea del Sur era algo impensable hace cinco años. Más bien entraba en el mundo de la ciencia ficción de los negocios. Sin embargo, las necesidades aprietan y la innovación y la formación empresarial han dado alas a este tipo de iniciativas.
Desde la Cámara de Comercio de Cádiz se indica que los pilares de la pequeña y mediana empresa gaditana en el exterior se asientan sobre cuatro ejes fundamentales: agroalimentación, marroquinería, aeronáutica-naval y las energías renovables. El primero ha conseguido su cuota de mercado en el sector del gourmet y la palma se la llevan las exportaciones de productos ‘delicatessen’ a Japón, Corea y Estados Unidos. Medio centenar de empresas de la provincia están en este capítulo.
La segunda pata es la industria del cuero. La zona de Ubrique ha logrado crear una marca propia a base de diseño, calidad y ‘marketing’, lo que ha permitido conquistar los escaparates de moda de la Unión Europea y de Estados Unidos. Atrás quedó la producción en serie. Se ha optado por una fabricación más selectiva.
El tercer sector que ha metido cabeza en el mercado exterior es la empresa auxiliar aeronáutica y la industria naval. La construcción en la Bahía de barcos y aviones ha dado lugar a un pequeño tejido industrial capaz de vender su tecnología fuera de las fronteras nacionales. Es el caso de los pequeños talleres que giran alrededor de los astilleros y de Airbus. El cuarto, es el de las energías renovables donde la provincia ha sido pionera en la instalación de algunos sistemas como es el eólico. A primeros de 2011, la Cámara gaditana tiene prevista una misión comercial en el extranjero con 30 empresas del sector.