Arcos se reencuentra un año más con su multitudinario Belén Viviente
Ubrique, Villamartín, Bornos, Grazalema, El Bosque, Setenil y El Gastor, entre otras localidades, llenan sus calles con los populares nacimientos
El crujir de las llamas de las antorchas y las candelas ponían sonido a los pasos que llevaban hasta Belén de Judea. El caminante y su esposa no encontraron posada y el cansancio obligaba a buscar un lugar donde pasar la noche. Demasiadas cuestas para el pollino que llevaba sobre su lomo a la Virgen por las calles de Belén, al estilo más serrano, y había que refugiarse en un portal, donde casualidades de la vida vino a nacer el hijo de Dios, el Salvador.
Arcos tuvo que ser el lugar, no quedan dudas. Adentrarse anoche en el corazón de la bella y monumental ciudad serrana las despejaba todas. Aquí fue, en la cumbre de una deslumbrante y grandiosa peña donde se levantó Belén y aquí vio Jesús el mundo por primera vez. Las callejuelas blancas y empinadas, los monumentos mostrando la mejor cara de la creación de su padre, los hombres, tuvo que ser el escenario donde el cristianismo se aferró a la esperanza que traía a la tierra el hijo de Dios.
Un paseo entre cientos de visitantes resultaba suficiente para darse cuenta de que los arcos que lucían a la entrada, en la Cuesta de Belén, abrían un mundo que se encuentra enterrado bajo la losa del paso de los años. La luz, el olor y los villancicos que acompañaban en la caminata dan fe de que la Navidad se ha instalado en la Sierra y en la provincia y ahora es tiempo de disfrutar de quienes se encuentran a nuestro lado y recordar, con nostalgia, pena y al mismo tiempo alegría, a quienes se fueron.
Eran miles las personas que paseaban por las calles de Arcos y a pesar de que estas estaban abarrotadas, no estaban todas. Cientos de arcenses emigrados ayer sentían más lejos que nunca a su tierra y sus familiares porque este es un día que a todos gusta vivir en persona. Ellos también estaban allí, en plena Plaza del Cabildo disfrutando de un poblado de pastores en el que no faltaba un detalle. Las candelas daban color, alumbraban y calentaban pero también servían para freír los buñuelos, asar ricos chorizos o preparar chicharrones. A su lado algunas figuritas de las 350 que tomaron vida cardaban la lana, lavaban en el río, horneaban el pan, paseaban el rebaño o trabajaban las tierras de labranza.
El paseo no se limitaba a esta plaza y prácticamente en cada rincón del Casco Antiguo se podía hacer una parada para ver una de las 29 escenas que se instalaron. En la calle Nueva se celebraba el Nacimiento de Cristo cantando, en el convento de las Mercedarias se encontraba la Posada y junto a ella los rebaños y en el Palacio del Mayorazgo se instaló el patio romano, la boda hebrea y el Palacio de Herodes. Muy ambientado se encontraba el Zoco de la Plaza del Cananeo donde las vendedoras pregonaban sus frutas, pescados y verduras al ritmo de los villancicos y el palacete real, la calle de Belén y la carpintería llevaba hasta la última escena de la recreación: el Nacimiento.
Resultó complicado adentrarse en este Belén Viviente sin tener que aguantar unas colas interminables. Además, una vez dentro, también resultaba complicado moverse con facilidad por las escenas, sobre todo en las de la Plaza del Cabildo. El éxito de esta recreación se puso poner de manifiesto y el Casco Antiguo se llenó de visitantes incluso más de una hora y media antes de que oficialmente comenzara.
Pero no solo Arcos celebró ayer el Nacimiento de Cristo con su Belén. Ubrique también convirtió su Plaza de las Verduras y el Casco Antiguo en la ciudad de la comarca de Judea. Muy cerca de este municipio también El Bosque montó su Belén en el centro de la localidad y Grazalema lo hizo en el Parque Huerto San José. En ambos, los niños tuvieron un papel muy destacado.
Villamartín también festejó el Nacimiento de Cristo en la Barriada el Coto, recuperando con fuerza esta tradición, al igual que hizo Bornos que lo montó en el patio del Castillo Palacio de los Ribera. El Gastor y Setenil no se quedaron atrás en esta fiesta e incluso esta última población volverá a celebrarlo hoy en la calle Cuevas de la Sombra. Muy cerca de aquí, en Alcalá del Valle, también se ha dejado el Belén Viviente para hoy.