El colectivo ecologista Agaden (Asociación Gaditana para Defensa y Estudio de la Naturaleza) acaba de cumplir 35 años trabajando por la protección del medio ambiente de la provincia de Cádiz. Se fundó en 1976 como respuesta a la grave situación por la que estaba atravesando el medio ambiente en la provincia (deforestación, contaminación atmosférica e hídrica, especulación urbanística, destrucción de la fauna y flora amenazada, vertidos etc.). Hoy día, la situación actual “sigue amenazando aún más si cabe nuestro entorno natural”.
La organización dice tener un “fuerte componente conservacionista” y practicar “un ecologismo totalmente activo, independiente, apolítico, dinámico y participativo”; trabaja bajo el convencimiento de que “la presión pública, la acción directa no violenta, la educación ambiental, producen los cambios necesarios para un ambiente mejor”.
Agaden está organizada por secciones para abarcar toda la provincia. Estas secciones, aunque coordinadas por un órgano común, trabajan autónomamente “consiguiéndose así una gran eficacia y agilidad de funcionamiento”. En la actualidad integran el colectivo tres secciones: Bahía, con sede en Cádiz capital; Campo de Gibraltar, ubicada en Algeciras, con un grupo local en Jimena y Sierra; y Sierra, con sede en Ubrique.
Coincidiendo con los 35 años de su fundación, el colectivo, según indica en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, ha querido hacer una puesta en valor y un reconocimiento a personas históricas de este colectivo: Purificación González de la Blanca, Alfonso del Castillo, José Arroyo y, a título póstumo, a Fernando Solís Martel.
LOS ‘GALARDONADOS’
Purificación González es cofundadora de Agaden. Ha sido un pilar básico en la fundación y maduración de la asociación a nivel provincial. Ecologista convencida es conocida por su constancia y empeño en la defensa del medio natural, no solo a nivel provincial, sino nacional; siendo un referente para este movimiento social.
Por su parte, Alfonso del Castillo ha sido y es un referente para el movimiento ecologista a nivel nacional; y una pieza fundamental en la protección del medio ambiente en la provincia de Cádiz. Alfonso ha coordinado Agaden durante muchos años, marcando la línea estratégica y judicial de la organización, obteniendo grandes logros ambientales para Cádiz. Su mayor referente es la lucha contra la especulación urbanística y la desorganización del territorio. La lucha por la defensa de los espacios naturales, la protección de la costa han marcado su largo trayecto en el ecologismo.
Y José Arroyo es un ecologista convencido que ha dirigido de forma histórica la sección de Agaden en la Sierra de Cádiz. Es también un referente indiscutible del conservacionismo en la provincia de Cádiz, pero con una peculiaridad, lleva años desarrollando y madurando el movimiento ecologista en las zonas rurales; que sin duda supone un gran esfuerzo debido a las dificultades que supone desarrollar este tipo de actividad en entornos pequeños donde en algunas ocasiones no se comprende. Arroyo tiene un imprescindible papel en la protección de los espacios naturales de la Sierra de Cádiz y de los ríos de la zona. Es un ecologista multidisciplinar, con gran conocimiento medioambiental, que conoce al dedillo la problemática ambiental de la Sierra y pone en prácticas medidas para la protección de la biodiversidad y los espacios naturales. Sin duda un ecologista incansable, que ha hecho del ecologismo su forma de vida, destacando que ha sido pionero en la Educación Ambiental en la provincia de Cádiz con TAMAL.
El reconocimiento póstumo es para Fernando Solís Martel. Ornitólogo y ecologista convencido, fue fundador Agaden en 1976 junto a Purificación González y Chema Lubián. Se volcó en esta asociación casi de forma profesional a la gestión de la defensa de la naturaleza, trabajando en los informes de impacto ambiental donde la administración proyectaba alguna acción urbanística, lográndose parar o modificar los proyectos. Como buen naturalista, poseía grandes conocimientos de botánica y de otras ramas de la ciencia, que abarcaban hasta la malacología; pero, sobre todo, era un referente en ornitología.
En lo concerniente a la Bahía de Cádiz, Fernando era un referente obligado. Pero lo más reseñable han sido las generaciones de miembros de la asociación que durante décadas se han ido formando con él, con salidas al campo, viajes, explicaciones, charlas y conferencias, de las muchas materias que él abarcaba.
“Sin duda, la ida de Fernando, ha supuesto una gran perdida para el ecologismo, aunque nos ha dejado los conocimientos y herramientas cosechadas durante toda su vida, para que sigamos defendiendo la naturaleza”, subrayan desde Agaden